El próximo jueves 30 a partir de las 21.30 en el Estadio Monumental del barrio porteño de Núñez, River deberá dar vuelta el resultado adverso que se trajo de Curitiba, más precisamente del Arena da Baixada, donde cayó el último miércoles por 0-1 frente a Athletico Paranaense, en un duelo correspondiente a la ida de la Recopa Sudamericana 2019.

Para alzarse con un nuevo trofeo internacional, que sería el séptimo del ciclo de Marcelo Gallardo y el 12º de su historia, River deberá ganar por dos goles de diferencia. La victoria con un tanto a favor, llevaría la serie al alargue, mientras que la igualdad y por lógica, cualquier traspié consagrarán al conjunto brasileño.

Si se habla de remontadas en copas continentales bajo el mando del Muñeco, hay tres que son las más icónicas, todas por Copa Libertadores: la victoria por 3-0 frente a Cruzeiro en Belo Horizonte por los cuartos de final de la edición 2015, tras caer 0-1 como local en el primer duelo; el histórico 8-0 ante Jorge Wilstermann en el Monumental en los cuartos de 2017, luego de una inesperada caída por 0-3 en Bolivia y el heroíco triunfo por 2-1 en Porto Alegre con Gremio en las semifinales del inolvidable certamen de 2018, tras una derrota por 0-1 en casa.

Cruzeiro 0 - River 3: una exhibición del fútbol en Belo Horizonte

Tras la escandalosa serie con Boca por los octavos de final de la Copa Libertadores 2015, con el desgraciado episodio ''Gas Pimienta'', el elenco Riverplatense llegó al cotejo de ida con el equipo dirigido por Marcelo Oliveira en aquel momento, con el estrés lógico después de todo lo ocurrido en La Bombonera. Tras un partido flojo, Cruzeiro se llevó un gran triunfo por la mínima diferencia del Monumental, gracias al gol de Marquinhos a nueve minutos del final.

Casi con todos los pronósticos en contra, River viajó a Brasil con la esperanza de revertir el resultado. Lo que nadie se imaginó es de la forma en la que se daría vuelta la llave aquel 27 de mayo: el conjunto del Muñeco jugó uno de los mejores partidos de su ciclo y paseó al Celeste durante los 90 minutos, bajo la atónita mirada del Mineirão, que casi un año antes sufrió uno de los batacazos más grandes de la historia de los Mundiales: el 7-1 de Alemania a la Selección Verdeamarelha. Ahora fueron el uruguayo Carlos Sánchez, Jonatan Maidana y el colombiano Teo Gutiérrez, los que silenciaron a más de 50000 almas. Clasificación inolvidable a semifinales, en un certamen que terminaría consagrando al Millonario, tras 19 años de sequía en la máxima competición de clubes en el continente.

River 8 - Jorge Wilstermann 0: la noche que Scocco se metió en los corazones Millonarios

Foto: David Fernández - EFE
Foto: David Fernández - EFE

Cuartos de final de la edición 2017 de la Libertadores. El 14 de septiembre, en el recinto Félix Capriles de la ciudad boliviana de Cochabamba, la Banda sufrió una durísima derrota por 0-3 ante el Aviador. Edward Zenteno, Gilbert Alvarez y Christian Machado, anotaron los goles del cotejo en el que River desperdició un montón de oportunidades para anotar, sobre todo Ignacio Scocco, quien erró una oportunidad abajo del arco.

Para muchos, la serie estaba liquidada, menos para Gallardo y sus secuaces, que siempre confiaron en si mismos. Es por eso que una semana más tarde, bajo un clima inestable pero con un Monumental repleto, se dio unos de los tantos episodios inolvidables bajo el ala del Muñeco. River se lo llevó por delante a Wilstermann durante todo el encuentro y en apenas 20 minutos igualó el global, de la mano de tres goles de Nacho Scocco, que de una noche de terror en Bolivia, pasó a ser el héroe de la jornada.

Antes de finalizar la primera parte, Enzo Pérez convirtió el cuarto, que significó ponerse en ventaja en la llave. La fiesta se completó en los segundos 45 minutos: dos goles más de Scocco, uno de Nacho Fernández y otro de Enzo (con una corrida magistral de más de 70 metros), sellaron el histórico 8-0, que depositó al Millonario, en las semifinales en que las terminó cediendo ante Lanús, en una serie marcada por el polémico uso del VAR en la vuelta jugada en el sur bonaerense.

Gremio 1 - River 2: la ''revancha'' con el VAR, la locura del Pity y clasificación a una final que miraría el mundo

Foto: Maxi Failla - Clarín
Foto: Maxi Failla - Clarín

River llegó a las semifinales de la edición 2018 de la Libertadores, tras ganarle a dos grandes de Argentina: Racing (octavos) e Independiente (cuartos). Ahora le tocaba enfrentarse al campeón vigente de la competición: Gremio de Porto Alegre. El 23 de octubre en el Antonio Vespucio Liberti, el planteo conservador de Renato Gaúcho prevaleció y los brasileños ganaron por 1-0 con gol de Michel de cabeza tras un tiro de esquina en el segundo tiempo y quedaron muy bien parados para la vuelta la semana siguiente.

"Que la gente de River crea porque tiene con qué creer en este equipo''. fue una de las frases motivadoras que lanzó Gallardo para el hincha en la conferencia de prensa post-partido. Y vaya que había que creer! El martes 30 de octubre, quedará grabada como una de las fechas más infartantes y emocionantes de la historia Millonaria. El escenario: la Arena do Gremio de Porto Alegre. Ya en el partido, River jugó un gran primer tiempo, tuvo chances para abrir el marcador, pero injustamente, el local se puso en ventaja con un gol de Léo Gomes a los 35'.

En el segundo tiempo, se bajó la intensidad y Gremio pudo haber liquidado la serie, pero nuevamente apareció el salvador Franco Armani que le tapó un mano a mano bárbaro a Everton. Cuando todo parecía terminado, el colombiano Rafael Santos Borré anotó el empate a los 81' y dejó al Millonario a un tanto de la hazaña.

Foto: AFP
Foto: AFP

El milagro llegó. En una jugada que parecía aislada a cinco minutos del final, el VAR le avisó al árbitro del encuentro, el uruguayo Andrés Cunha de una supuesta mano de Bressan dentro del área tras un remate de Ignacio Scocco. Tras consultarlo con el monitor que había a un costado del campo de juego, Cunha marcó penal para River. Entre ese momento y la ejecución de la pena máxima pasaron casi diez minutos, en los que solo se vivió dramatismo, nervios e incertidumbre.

El encargado del disparo desde los doce pasos fue Gonzalo Pity Martínez, que durante todo ese tiempo siempre tuvo la pelota en sus manos y cuando le tocó patear el penal más importante de su carrera, dejó bien clara una cosa: que está muy loco. Esa locura le permitió le permitió definir de manera magistral el penal, que depositó a River en la final de la Copa Libertadores, donde enfrentaría a su rival de toda la vida y que tuvo un desenlace feliz, no si antes pasar por un montón de situaciones difíciles y angustiosas.