Pocas historias en los Mundiales, futbolísticamente hablando, serán tan trágicas como la que vivió Brasil el pasado 8 de julio del 2014. El cinco veces campeón llegaba ilusionado a las semifinales y sentía que como local, por una buena vez y para siempre, iba a poder dejar atrás el “Maracanazo” vivido en la final de 1950 ante Uruguay. Sin embargo, el cuento que parecía de rosas se tornó una pesadilla: Alemania defenestró los sueños brasileños con un contundente 7-1, que además pasada la media hora de juego ya tenía al elenco germano arriba por 5-0.

Hasta la mismísima FIFA, que tiene la obligación de tomar la posición más neutral posible a la hora de hablar de un partido, tituló aquella durísima caída del local como el “Mineirazo alemán”. Como la recordada tarde ante la Celeste, pero con imágenes en alta definición y una mayor parte del mundo observando el partido, las caras conmovedoras y de horror volvieron a estar presentes en los hinchas de la Verdeamarelha.

Tras esto, el más ganador en la historia de Copas del Mundo y ocho veces campeón de la Copa América, vivió días muy convulsionados. La decepción fue gigantesca a punto tal que fue necesaria una gran renovación en Brasil, y el principal cambio fue el de entrenador. Ante un Felipe Scolari que tras la histórica derrota quiso disminuir el impacto, habló de un tercer puesto que iba a ser asegurado y, finalmente, cayó ante Holanda para que La Naranja Mecánica se haga con el bronce, la decisión de echarlo fue muy fácil de tomar.

El 22 de julio del 2014 la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) confirmó a Dunga como nuevo DT de la Selección Mayor. Este será su segundo ciclo al frente de la Canarinha, el anterior fue entre el 2006 y el 2010. Durante el mismo fue campeón de la Copa América de Venezuela 2007, con un 3-0 sobre Argentina en la final, medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y campeón de la Copa Confederaciones de Sudáfrica 2009.

Sin embargo, lo que decretó su final fue el Mundial. Tras un inicio en las eliminatorias que no fue muy alentador, el equipo remontó a base de resultados pero no el tradicional Jogo Bonito, lo que sembró dudas para el público brasileño. Finalmente logró el objetivo y clasificó como mejor elenco sudamericano al obtener 34 puntos. Pensando en las tierras sudafricanas, y tras ser campeón el año anterior, pudo trabajar con un poco más de tranquilidad. A pesar de esto, luego de un paso por el Grupo G como líder con siete puntos y vencer por 3-0 a Chile en octavos, Holanda dejó fuera del Mundial a Brasil en cuartos por 2-1, lo que culminó su primer paso como entrenador.

Por esto Brasil y Dunga se unen en un proyecto, el cual es a largo plazo. Ambos tienen la necesidad de levantar tanto la imagen de una nación que come, vive y respira fútbol. Si bien el Presidente de la CBF aseguró que no es así, el equipo que viste tradicionalmente de amarillo tiene la sensación de estar obligado a ser conquistador continental en Chile. Lo necesita para empezar a sanar la herida y para que en Rusia 2018, a menos que ocurra una catástrofe en las eliminatorias que no le permita participar, los torcedores puedan confiar en el conjunto nuevamente.

En vistas a esta renovación, Dunga convocó a solo cuatro de los quince jugadores  que jugaron y fueron arrasados por Alemania en Belo Horizonte: David Luiz, Fernandinho, Marcelo y Willian, quien ingresó en la segunda mitad. Sin la presencia de Dani Alves pero con la vuelta de Robinho, Brasil emprenderá desde el próximo domingo 14 de junio ante Perú la cruzada de volver a ser campeón de América y empezar a dejar atrás el imborrable fantasma alemán.