Mucho se habló de Gaspar Iñiguez en este mercado de pases, en el que en un principio estuvo a punto de irse al fútbol italiano y que finalmente se terminó quedando en el plantel de Primera. Fue una buena noticia para Néstor Gorosito, que podrá contar con una de las piezas claves que le dieron el ascenso más allá de la venta de otros jugadores importantes.

Gaspar es un talentoso mediocampista central de 20 años que se caracteriza por su manejo de pelota y ser el nexo con los delanteros, ya que por momentos desarrolla una función ofensiva que le da alternativa para atacar al equipo. También es un punto alto en él la recuperación cuando le dan la tarea de un solo volante central. Aporta dinámica, velocidad, juego y ataque.

No es común en él convertir goles pero colabora en las jugadas previas distinguiéndose con algún que otro pase entre línea o en gestar esa jugada con un buen robo, y de inmediato iniciar un contraataque. Pero también juega al límite llendo a trabar con algún rival, tanto que en un encuentro ante Boca le costó la pérdida de tres dientes como consecuencia de tirarse al piso con la cabeza impidiendo que el jugador contrario llegue al arco.

El pase del joven volante no tuvo éxito debido al desacuerdo del conjunto argentino en la forma de pago que el equipo Hellas Verona quiso cambiar. Más allá de que hubiera sido una buena entrada de dinero para la entidad de La Paternal pensando en la economía, es más que positiva que Iñíguez se quede y seguramente será indispensable en el armado del nuevo plantel de primera que ya ha tenido varias bajas. Se quedó, y será inamobible.