Como muchas veces Juan Sebastían Verón vistió la número 4 de Manchester United, o el propio Steven Gerrard en la Selección inglesa. Como el Loco Sebastían Abreu con la camiseta 13 de Uruguay, aunque en este caso por identificación personal, al igual que David Trezeguet con el 12, en Francia. Los números raros aparecen de vez en cuando en el fútbol mundial.

No son raros porque sí. De hecho son los mismos números de siempre. Pero cuando salen a la cancha, el delantero de área es el 9, quien lo asiste va con la 10. Y el que raspa en el mediocampo es el Javier Mascherano ¿O es el Pato Fillol en el Mundial de 1978?

Cuando el brasilero Robinho llegó a Milán, de Italia, pidió su historico número 7 (acorde a su posición) pero este ya tenía dueño, entonces le agregó un cero detrás y jugó con el 70.

A Pablo Lugüercio le sucedió algo parecido: se sumó al plantel de Olimpo de Bahía Blanca y los dorsales ya habían sido elegidos por sus compañeros antes del comienzo del campeonato. Entonces, el ex delantero de Barcelona de Ecuador se encontró con que Martin Pérez Guedes, proveniente de Racing, se quedó con la 7.

Así, el Payaso no bailará con la más fea, pero sí con la más rara: jugará en el club bahiense con la camiseta número 4, una de las pocas que quedaban vacantes junto con la 9, que finalmente vestirá Agustín Vuletich. Por su parte, Orlando Gaona Lugo se quedó con la 17 que Lugüercio vistió en el Pincha, mientras que Javier Reina lucirá en su espalda el dorsal 19.

Lugüercio, ex punta de Arsenal, próximo rival de Olimpo, no tuvo suerte con los números. Pero quizás la encuentre en la cancha. Y acordate, si la mete, el 4 no es Adrían Martínez, mejor anotalo al último refuerzo.