La Argentina fue muy superior desde el comienzo del partido y derrotó a Puerto Rico por 84 a 66 y se quedaron con la medalla dorada. En definitiva fue un torneo en que pese a partidos irregulares la selección nacional demostró su jerarquía y alzó la segunda presea de oro en el baloncesto tras la conseguida en Mar del Plata 1995. Rumbo al título, vencieron a Uruguay por paliza, a República Dominicana en un dramático partido, definido en suplementario; perdieron con México en el cierre de la fase de grupos, pero volvieron a demostrar buen juego para derrotar a Estados Unidos en semifinales y a Puerto Rico en la final.

El desarrollo del encuentro 

El equipo argentino empezó muy concentrado y fue una ráfaga desde el comienzo con un parcial de 12-0, con la circulación de pelota y la defensa ordenada como principales argumentos. Puerto Rico empezó a emparejar con el aporte ofensivo de Santiago. De todos modos, el combinado nacional ganó 27 a 18 el cuarto.

En el segundo segmento, cuando Puerto Rico empezaba a jugar mejor y aprovechar los rebotes ofensivos para acercarse en el marcador. El conjunto albiceleste continuó con una defensa dura y en el mejor momento del equipo centroamericano Luis Scola con triple volvió a sacar diferencias para Argentina, que ganó 13-12 el cuarto y se fue a los vestuarios 40-30. 

En el tercer cuarto aumentó el goleo el equipo argentino administró la diferencia obtenida para cerrar el período 60 a 50. En el último período el equipo argentino fue dominante de principio a fin en todas las facetas del juego para ganar 84-66 a Puerto Rico y colgarse la medalla de oro después de 24 años. 

Primer título para Sergio Hernández como entrenador, primer panamericano para Scola que debutó a sus 39 años en estos juegos y anotó 28 puntos, pero también una inyección de confianza rumbo al mundial de China.