Cuando un equipo está en una racha perdedora es lógico que el entrenador, o quien dirige el conjunto, opte por rotar para buscar cambios. Por eso no sorprendió tanto que Doc Rivers rotó muchísimo más durante la noche del viernes que en los anteriores encuentros de Los Angeles Clippers para que, finalmente, consigan la victoria por 111-90 ante los Nueva Orleans Pelicans y dejen atrás la racha de tres caídas al hilo.

A diferencia de los otros partidos, ningún jugador del local llegó a tener 30 minutos en cancha. Lógicamente quienes más jugaron fueron Chris Paul y Blake Griffin que son los pilares del equipo. En 28 minutos que estuvieron ambos, el primero sumó 17 puntos y dio 8 asistencias, mientras que el restante aportó 20 unidades y 6 rebotes.

Pero las grandes figuras también tuvieron que ver el partido desde afuera y así llegó la chance para que los suplentes tengan la chance de demostrar lo que saben. Sin embargo, esto no fue así para Pablo Prigioni. Nuevamente por decisión del entrenador, el argentino estuvo sentado en el banco de suplentes pero no ingresó, por lo que continúa llevando 5 juegos disputados -uno como titular- en 16 posibles.

Volviendo al partido, esa rotación fue fundamental para que los Clippers vuelvan a festejar. El equipo siempre tuvo piernas frescas para desplegar un intenso juego de penetración y explosión en el poste. Esta vez sí se destacó el hijo de Doc, Austin Rivers, quien desde el banco aportó 17 puntos y 2 asistencias en 23 minutos. Además, Paul Pierce, no anotó pero si hizo un ejemplar trabajo defensivo para controlar al rival. Con 3 bloqueos y un intenso marcaje, el ex jugador de los Celtics fue un pilar en el dueño de casa para marcar el camino hacia la victoria.

Así los Clippers llegaron a su octavo triunfo en dieciséis presentaciones y este domingo buscarán seguir por el buen camino cuando reciban a los Minnesota Timberwolves. Ojalá esta vez en la rotación el cordobés pueda tener también su chance de jugar.