La rudis era la espada de madera que utilizaban los gladiadores para realizar sus ejercicios en los ludus magnus, las escuelas en las cuales entrenaban bajo la vista de sus amos y las indicaciones del doctore, el profesor. Pero cuando esta se les era entregada en un acto en el ludus, frente a sus compañeros, desde las manos del doctore y del amo, significaba que dejaban de ser esclavos y pasaban a ser hombres libres.

Esta victoria 29-13 ante Uruguay y clasificación al Mundial de Francia significó "la rudis" con la cual Los Gladiadores consiguieron su liberación, una liberación de los cachetazos sufridos ante Groenlandia y Brasil, partidos en los que no se logro la victoria y, fundamentalmente ante el conjunto nórdico, no se jugó bien, una liberación de un torneo que les fue esquivo. El inicio argentino fue demoledor, ganando 5-0 a los 11 minutos de la primera etapa, con tres goles de Federico Vieyra y los goles del central, Pablo Simonet, y del extremo izquierdo, Federico Fernández. Los charrúas desaprovechaban chances, de la mano de Alejandro Velazco, y no lograban superar a la defensa albiceleste, vestida de azul. Jorge Botejara, entrenador uruguayo, se vio obligado a pedir un tiempo muerto para acomodar las ideas de su equipo. Los dos primeros goles uruguayos llegaron de la mano de Federico Rubbo, su extremo izquierdo.

En 21 minutos las acciones estaban 11-4 para Argentina, que con Julián Souto Cueto encontraba lanzamiento exterior, mientras que su entrenador, Eduardo Gallardo, le daba minutos en cancha a Mariano Cánepa, Agustín Vidal y Pablo Vainstein. Por el lado uruguayo aparecían las atajadas de Manuel Adler, pero no eran efectivos a la hora de aprovechar las chances que tenían, o por errores o por atajadas de Matías Schulz; de sus cuatro goles, tres fueron marcados por Federico Rubbo, el restante por Diego Morandeira.  El primer tiempo se iría favorable para Argentina por 15-5, que tenía como goleador a Federico Vieyra con cuatro anotaciones, mientras que en Uruguay Federico Rubbo con igual cantidad de goles.

El segundo tiempo comenzó con cambios en los arcos de ambos seleccionados, ya que en Uruguay hacía su ingreso Felipe González y en el conjunto albiceleste Fernando García, que se presentaba con una atajada a Alejandro Velazco, un jugador fundamental en el ataque charrúa, goleador de su equipo con 31 tantos hasta este partido, que no se encontraba efectivo. La diferencia de 15 goles, 21-6, a los 11 minutos de la segunda mitad, hacía que el partido ya esté cerrado, Uruguay seguía desaprovechando las chances que tenía, aunque encontraba una atajada de 6 metros de González a Mariano Cánepa.

Uruguay, en 16 minutos le daba minutos en ataque a Nicolás Fabra, Facundo Listo, Pablo Brum Francisco Ancheta y Braulio Lees, mientras que González le sacaba una contra mano a mano Agustín Vidal. Por su parte Argentina, que tenía en cancha a Guido Riccobelli, conseguía dos goles más de contra, hechos por Federico Pizzaro. Riccobelli marcaría su primer gol en el torneo a los 22 minutos del complemento. Por el lado uruguayo su máxima figura fue Felipe González, que concretaría 10 atajadas.

El partido finalizaría 29-13 para Argentina, logrando el tercer puesto, liberándose de los golpes recibidos en el torneo y fijando dos objetivos: Juegos Olímpicos y Mundial de Francia 2017.