Claramente ha sido el encuentro en el que el conjunto xeneize se vio con más dudas desde la llegada de Miguel Ángel Russo. Talleres mostró en La Bombonera su mejor versión, manteniendo la compostura durante los noventa minutos y aprovechando lo poco que concedía el local.

Si bien en la segunda etapa mejoró y encontró mayor movilidad y velocidad en las transiciones, en la global del partido Boca no supo encontrar mucho a Tévez entre líneas, la insuficiencia de Soldano y la mala fortuna de Ábila al ingresar incrementaron la impotencia y el mal papel de Villa, quien no tenía espacios para correr, completaban un partido sin eficacia.

Talleres hizo mejor partido que Boca porque fue más determinante y sostuvo la presión constante, sin dejar hacer su juego al rival. Partido que se suma a aquellos que ya han demostrado que si los grandes equipos quieren ser protagonistas en el campeonato local, no van a poder regalar nada ni prescindir de sus mejores jugadores.