Hoy se cumplen 25 años de la inauguración del estadio Pedro Bidegain, conocido como Nuevo Gasómetro. El estadio se inauguró el 16 de diciembre de 1993, luego de 52 semanas de construcción, en un partido amistoso entre San Lorenzo y Universidad Católica de Chile, que terminó 2 a 1 a favor del local y dando así la primera victoria nuevamente como local.

Ese mismo año, el Cuervo fue el primero de los considerados grandes en descender a la Primera B. Para su suerte, al año recuperó la categoría, pero tuvo que esperar hasta que Fernando Miele asuma como presidente para volver a retornar a los primeros planos.

Empezó mejorando sus campañas a nivel nacional, y clasificándose, y haciendo buen papel en la Libertadores. Sin embargo, había una cuenta pendiente: volver a jugar de local en un estadio propio. Es que durante 14 años, los de Boedo deambularon por estadios como Boca, River, Vélez, Atlanta, Ferro, aunque nunca se pudo sentir como en su vieja casa.

El club con el dinero recaudado de donaciones, de socios y con bonos de contribución, pudo recaudar 20 millones de dólares y de esa forma comprar los terrenos en el Bajo Flores. De inmediato se pusieron manos a la obra, y tras 52 semanas, se hizo una pre inauguración: un encuentro ante la Universidad Católica el 16 de diciembre.

Las ilusiones de volver a usar su cancha propia estaban cerca. Y esa chance llegó dos meses y medio después, porque el torneo Apertura de 1993 no terminó en ese año, debido a que se disputó la Copa Centenario, y el final del certamen doméstico se jugó en el primer trimestre del año siguiente. Esto le permitió a San Lorenzo poder disputar las últimas dos jornadas que le quedaban como local en su propio nuevo estadio.