Aguerre, el dueño de los tres palos

El 2015 inició con el uruguayo Sebastián Sosa en el arco de Vélez. El uruguayo alternó más malas que buenas, que no convencieron a la dirigencia y cuerpo técnico del club. En la búsqueda de recortar el gasto, se decidió que el charrúa deje de integrar el plantel y así emergió la figura de Alan Aguerre, quien ya había sido de la consideración de Ricardo Gareca en 2013.

Aquel arquero emergido en las inferiores, que cortó la racha de 10 años sin porteros ‘propios’, poco a poco fue cumpliendo un gran rol. Los partidos pasaron y, a pesar de los varios resultados adversos, mostró condiciones a la hora de tapar remates y anticipar centros. También se hizo cargo de ser el iniciador de los ataques con su juego de pies, mostrando así ser uno de los juveniles con el mejor desarrollo del 2015.

Y como todo joven, necesitó de un partido importante para dejar en claro su calidad. El mismo fue ante Boca, durante la primera mitad del año. El equipo del Vasco Arruabarrena, que se terminó proclamando campeón, sufrió una de sus cinco derrotas en el José Amalfitani cuando el arquero tuvo una labor formidable para frenar los embates de Daniel Osvaldo, Jonathan Calleri y Andrés Chávez.

Ya con notoriedad, Aguerre continuó teniendo grandes labores y dejó en claro que se proyecta como el mejor arquero del fútbol argentino. El tiempo dirá que depara para el ‘1’ de 25 años.

De la experiencia a las apuestas

Lautaro Gianetti, uno de los centrales que cumplió en el 2015. Foto: Diario Olé

Miguel Ángel Russo siempre lo tuvo en claro: ante la falta de experiencia, la línea de cuatro en el fondo se volvió algo innegociable en la búsqueda de conseguir solidez. Luego de las significativas salidas de Sebastián Domínguez (a Estudiantes) y Emiliano Papa (a Independiente), el DT tuvo siempre en claro tres jugadores durante la primera parte del 2015: Cubero, Amor y Pellerano. Tanto el lateral por derecha, emblemático para la institución, como los dos centrales alternaron buenas y malas a lo largo del primer semestre pero fueron titulares.

En la banda izquierda Jérez Silva, Grillo y Cardozo fueron quienes alternaron el puesto, pero ninguno se afianzó. Quizá Grillo tuvo mejores participaciones, pero el costado izquierdo de la defensa velezana fue aprovechado por los rivales para encontrar las diferencias en los partidos hasta mayo.

Sin embargo, la segunda mitad fue un momento ‘negro’ para el elenco Fortinero. Si bien Damián Pérez llegó desde Arsenal para resolver la incógnita sobre la izquierda –también lo hizo Iván Bella pero tuvo flojos rendimientos-, la salida de Pellerano y la lesión de Cubero hicieron que el equipo no pueda terminar de encontrar el balance.

Ante la baja de estos dos baluartes, nuevamente Russo tuvo que ir moviendo el plantel para encontrar otras respuestas. En la derecha, la misma nunca llegó. Matías Pérez Acuña y Nicolás Tripichio alternaron. Si bien el primero tuvo mejores rendimientos, al igual que en la banda izquierda durante el primer semestre, la solidez nunca llegó lo que evidenció a la defensa de Liniers.

En el medio, Lautaro Gianetti y Facundo Cardozo fueron con quienes probó el DT. Gianetti mostró entenderse más con Amor y cerró el año con un buen trabajo. Luego de tener errores por la inexperiencia, el jugador se fue aferrando en el juego aéreo. Quizá todavía le falta a la hora de los regates rivales, pero el tiempo tal vez le juegue a favor.

De esta manera, si el 2016 no viniera con tantas lesiones, Vélez necesitaría un central que ordene el fondo junto a Cubero para terminar de encontrar el nivel deseado.

El refuerzo, el peor

Producto de la gran cantidad de bajas y el mal momento económico, la dirigencia de Vélez optó por traer un jugador por línea para el 2015. Para el mediocampo el elegido fue Leandro Somoza, un jugador que surgió en el Fortín y que volvió tras pasos por Europa, Boca y Lanús, su último club. Con 34 años, dos títulos nacionales con el Xeneize (Apertura 2011 y Copa Argentina 2012) y uno internacional en el Granate (Copa Sudamericana 2013), además de los dos adquiridos en Vélez, el jugador parecía que iba a ser una gran incorporación para darle orden defensivo y juego ofensivo.

Sin embargo, la apuesta de la comisión directiva salió pésima. Somoza no solo que no sumó en ambos aspectos del juego, sino que le dio más trabajo a sus compañeros. Lento, impreciso, flojo en el marcaje, el ‘5’ pasó de la ovación al constante abucheo de los hinchas. Como si esto fuera poco, tuvo lesiones y terminó el año siendo relegado al banco de suplentes. Él cerró el año con 18 participaciones, 16 como titular, 4 amonestaciones y 1 expulsión.

Así, el mando del mediocampo iba a caer a manos de Lucas Romero y Alejandro Cabral. Sin embargo, la falta de intención para renovar del primero lo llevó a tener cada vez menos tiempo en cancha. El segundo, que actuó en como volante por izquierda, fue marginado en abril por la dirigencia, por lo que hubo que buscar más parches. El año terminó con Leandro Desábato como titular jugando a la par de Romero para el ‘doble 5’. Los jugadores no descollaron, pero se supieron complementar ofensivamente con el objetivo de darle juego al equipo. En defensa estuvo el gran déficit ya que no pudieron ofrecer la solidez en el medio que hoy es casi una obligación en el fútbol argentino y mundial.

En cuanto a los costados, con la salida de Cabral, Vélez inició el año con Rolón y Villalba. Ambos jugadores aportaron proyección por las bandas, pero no solidez defensiva. Sin embargo, sus buenos regates y grandes apariciones de mitad de cancha hacia delante hicieron que tengan ofertas para jugar en el exterior a mitad de año.

Como un cuento sin acabar, otra vez Russo debió buscar variantes a mitad de año. Allí apareció Yamil Asad como titular en la banda derecha, ya que tuvo buenos ingresos desde el banco en la Primera. Él tuvo más juego que marca, pero mostró más capacidad defensiva que los dos que partieron.

En la izquierda la consistencia nunca llegó. El primero en aparecer fue Iván Bella, quien volvió al club desde Godoy Cruz en la mitad de año. Sin embargo, sus flojas producciones lo hicieron perder el puesto rápidamente. El 2015 cerró con un interesante ingreso de Brian Cufré, quien en realidad es lateral por izquierda pero fue una de las apariciones más interesantes en el Fortinero.

Caraglio, ¿y quién?

A la hora de hablar de los delanteros, ‘la fija’ a lo largo del 2015 fue Milton Caraglio. Salvo por suspensiones o alguna lesión, el punta fue la referencia dentro del área para el equipo de Russo y actuó tanto con un acompañante como con un segundo más retrasado. El jugador sumó 6 goles, 5 amarillas y 1 roja en 25 apariciones.

En la primera parte del año su aliado ofensivo fue Mariano Pavone. Quien llegó al club desde Cruz Azul le permitió al ex Arsenal actuar de enlace ofensivo. El Tanque actuó de ‘9’ durante 15 partidos donde cosechó 6 goles y vio la tarjeta amarilla dos veces. Cuando ellos dos estuvieron cansados quien ingresó fue Roberto Nanni, quien no aportó goles en 8 partidos.

Sin embargo, Pavone optó por dejar el club en la segunda mitad del año para sumarse a Racing, mientras que Nanni fue uno de los jugadores que dejó de ser de la consideración del DT. Así, Russo nuevamente debió buscar parches para completar la dupla ofensiva y hasta optó en algunos partidos por jugar con solo un delantero.

Así emergieron Nicolás Delgadillo, Federico Vázquez y Hernán Toledo. El primero de estos llegó a ingresar en algunos partidos de la primera mitad y naturalmente tuvo las chances al comienzo. Sin embargo, su poca producción ofensiva (1 gol) lo terminó dejando relegado en el banco de suplentes. Los dos restantes tuvieron sus oportunidades sobre el cierre del año y, si bien no aportaron goles, mostraron mucha entrega y dotes con la pelota. Vázquez como ‘9’ y Toledo como ‘7’ dejaron buenas impresiones como para ser suplentes de un refuerzo en 2016.