Un equipo campeón debe tener un buen poderío ofensivo, pero también seguridad bajo los tres palos. El puesto de arquero no es para cualquiera que se quiera calzar los guantes. Ellos son los últimos defensores y son en los que cae la responsabilidad de cuidar el tan querido arco de fútbol. Es el que te puede salvar o mandar a la condena. Así de importante es un guardameta. Sobre todo, si ataja en un equipo denominado grande.

Boca fue un justo campeón, más allá de tener algún que otro sobresalto en el torneo. Y uno de los partícipes de este nuevo título fue Agustín Orion, tan querido como odiado por los aficionados del fútbol. Es uno de los referentes de este plantel y uno de los que demuestra más personalidad en el equipo. Fue importante en algunos partidos e infantil en unos pocos. Pero su actuación en este último tramo le trajo la seguridad en la línea de fondo que Boca parecía haber perdido.

A lo largo del año, el arquero xeneize tropezó varias veces con la misma piedra. Para ser más exactos, en tres ocasiones. Tres encuentros en los que el guardameta vio la tarjeta roja en este campeonato, un número demasiado elevado para un puesto donde no abunda la fricción con el resto de los jugadores. Fue expulsado contra Temperley por intentar darle un cabezazo al futbolista Juan Dinneno; también se fue a las duchas antes de tiempo por el recordado planchazo a Carlos Bueno, a quien le fracturó la tibia y el peroné; y por si la última acción no bastara como lección, el arquero intentó salvar un mano a mano con la misma agresividad que fue contra el jugador de San Martín de San Juan. En esa ocasión, la víctima fue Lucas Gamba, quien se salvó de sufrir una lesión que pudo ser de gravedad. Boca ganaba 1-0 a Unión, pero la desafortunada jugada derivó en penal para el equipo rival y en la expulsión de Orion, algo que fue determinante para el resto del encuentro. El Xeneize terminó perdiendo 4-3 en su cancha y las críticas llovieron en masa sobre el arquero.

También tuvo repercusiones la actitud del arquero en el partido de vuelta en el Superclásico copero. Mientras los jugadores de River estaban más cerca de suspender el partido que de jugarlo, el guardameta xeneize instó a los jugadores de Boca a formar nuevamente en el campo de juego, para poder continuar el encuentro.

Luego del partido contra Unión, Orion volvió a parecerse a aquel que llegó a Boca en el Apertura 2011, cuando obtuvo el récord por tener la valla menos vencida en torneos cortos (solo 6 goles en contra) y salió campeón con Julio César Falcioni. Sólido, transmitió seguridad desde el arco y demostró que hoy en día el arco le pertenece. De los 21 partidos que disputó en el torneo de 30 equipos, recibió 20 goles y en 9 encuentros se fue con la valla invicta (4 veces en las últimas 6 fechas). Con él en cancha, Boca obtuvo 14 triunfos, 2 empates y 5 derrotas. Números favorables, pero que no le quitan la responsabilidad en sus expulsiones.

Referente de personalidad fuerte, Orion consiguió un nuevo título con Boca y su futuro parece incierto. Se llegó a hablar de una posible emigración del guardameta. Sin embargo, el arquero le ganó el puesto a Guillermo Sara, quien había amenazado con arrebatarle la titularidad, pero que se estancó en un momento que pudo haber sido clave.