San Lorenzo, tendrá que jugar, probablemente, con uno de los peores equipos de Vélez de los últimos cinco años. Problemas económicos que generan ventas/negociaciones de último momento y en el transcurso del campeonato, que también acarrean un funcionamiento futbolístico preocupante, tendrá que ir al Nuevo Gasómetro, donde tratará cambiar su imagen para con los hinchas velezanos y así redimirse ante su gente.

Desconocido. Así se lo ve al Fortín. Una institución ‘modelo’ del fútbol argentino de los últimos años, que se encontró con todos los inconvenientes en esta nueva dirigencia, que trata de salvarse como pueda, y un plantel que se desmantela poco a poco por no poder pagar contratos elevados.

Desvinculaciones a horas del cierre del libro de pases (Sebastián Domínguez) y separación de jugadores del plantel por sus contratos elevados (Sebastián Sosa y Ariel Cabral), hicieron que Russo, director técnico del equipo, comenzara a realizar una rutina de malabares para superar el aprieto.

Una formación que tiene muchas dudas, y jugadores inexperimentados ‘tirados’ a la cancha improvisadamente, hacen pensar que la actuación de los once jugadores, en el día de mañana, sea para el olvido.

Ocho jugadores de las inferiores, se perfilan como titulares para ir al Pedro Bidegain. Además, cabe destacar, que tan sólo se consiguió 12 puntos en 10 partidos jugados en este torneo domestico.

La formación sería la siguiente: Alan Aguerre; Matías Pérez Acuña o Hernán Pellerano, Fabián Cubero, Emiliano Amor, Facundo Cardozo; Leonardo Rolón, Leandro Somoza, Lucas Romero, Leonardo Villalba; Yamil Asad o Milton Caraglio y Mariano Pavone.