El segundo capítulo de la historia de Crucero del Norte comenzó a escribirse en la noche de ayer. Luego de su ascenso histórico a la máxima categoría, llegó la tan ansiada primera victoria para los misioneros. En su cancha, el Colectivo venció a Temperley con gol de Fabio Vázquez.

El primer tiempo fue todo del conjunto local. Desde el pitazo inicial hasta el pitazo final, Crucero fue quien dominó las acciones y llevó gran peligro al arco de Federico Crivelli, que respondió en varias ocasiones. Con un gran despliegue por las bandas, el conjunto de Gabriel Schurrer doblegó a una defensa que, hasta ahora, en lo que va del torneo se mostró firme. El equipo dirigido por Ricardo Rezza no logró afirmarse en suelo misionero y el Colectivo se lo llevó puesto.

El conjunto local encontró el gol a los 26 minutos de la primera etapa a través de Vázquez, quien aprovechó un rebote en la defensa para tocar la pelota la red pese al intento de Crivelli. Tras la apertura del marcador, el Colectivo siguió ejerciendo su juego y neutralizando a la visita.

En el complemento, Crucero le cedió la pelota al visitante, que se fue con todo en busca de la igualdad. Sin embargo, los dirigidos por Schurrer se mantuvieron firmes en la defensa y buscaban el contragolpe sacando provecho de la velocidad y la gambeta de Nicolás Martínez.

Temperley fue con desesperación en busca del empate, con más ímpetu que ideas y juego, pero no pudo doblegar la resistencia del conjunto misionero. Los de Schurrer tuvieron varias chances de contragolpe. La más clara llegó a través de una gran jugada de Martínez que dejó solo a Ariel Cólzera y el delantero la dejó mansa en las manos de Crivelli.

Con este resultado, Crucero del Norte logró su primera victoria, en la historia del club, en la Primera División del fútbol argentino. En su casa, con su gente, los misioneros hicieron un partido inteligente, cuidaron el resultado y sumaron tres puntos importantísimos para engrosar el promedio. Mientras tanto, el Gasolero no mostró la actitud y el juego de los primeros partidos. El equipo de Rezza no le encontró la vuelta al planteo del conjunto local y se vuelve a Buenos Aires con las manos vacías.