Llegaba como el flamante campeón de la B Nacional, con un juego y efectividad que entusiasmaba a propios y extraños. Sin embargo, el regreso de Banfield a la Primera División no fue el soñado, ni por sus hinchas, ni por el propio plantel y cuerpo técnico. La falta de gol, fue el gran karma del conjunto de la Zona Sur. La ineficacia frente al arco rival y algunas desatenciones en el fondo, hicieron contraste con el juego del Taladro

El conjunto de Matías Almeyda fue catalogado, junto con River, como uno de los que mejor juego proponía. Con pelota al ras del suelo, llegadas claras por las bandas, el Taladro fue uno de los equipos con más situaciones de gol. Sin embargo, también fue el equipo que menos acertó al arco rival. ¿Falta de suerte? ¿Una mala racha? Podría ser que, cualquiera de estas dos incógnitas, fuera correcta, pero los desaciertos defensivos tampoco fueron de gran ayuda. Algunos desentendimientos en la última línea, sumado a algunas respuestas flojas de Gaspar Servio, han sido parte de la sumatoria en la floja campaña de Banfield.

Sin embargo, hay que destacar la propuesta que realizó el equipo. El Pelado Almeyda propuso un juego ultra ofensivo que el equipo, en la mayoría de los partidos, pudo llevarlo al pie de la letra. Aunque le faltó el último toque.

Las lesiones complicaron en demasía la tarea del entrenador. La ausencia de Juan Cazares del once inicial fue clave en el bajón del equipo. El Pelado no pudo encontrarle la vuelta a la falta del ecuatoriano. Fue allí cuando Walter Erviti debió calzarse el equipo al hombro pero, cuando el ex Boca se apagaba, no había quien tome las riendas de la creación. Jonathan Requena y Emiliano Terzaghi aparecieron como variantes interesantes, pero no lograron afirmar su estilo en el campo de juego. Por momentos, fue Nicolás Bertolo el que ofreció la variante, aunque por más ímpetu y ganas, que por su generación de juego.

Sin dudas, en este 2015, el Pelado deberá lograr la difícil tarea de que su equipo recupere la memoria goleadora, ya que la de juego la tiene instalada como un chip. Banfield necesita romper la sequía que lo agobió en el último semestre de 2014. Pero, además, el técnico deberá rezarle al Dios de las lesiones, ya que en gran parte del Torneo Transición no pudo poner en cancha a su once ideal.

Pero, no solo el técnico y los jugadores deben cumplir con su tarea. Los dirigentes, más allá de querer potenciar a los chicos del club, necesitan ofrecerle variantes al entrenador, para que ante la ausencia de un jugador clave, como lo es Cazares por ejemplo, pueda hacer que ésta pase lo más desapercibida posible. El objetivo de esta temporada era volver al plano internacional, para eso Banfield necesita potenciar la base con refuerzos de calidad, que le den un plus a los que ya están y no carguen un peso en la joven carrera de los futbolistas de inferiores. 

No se discuten, ni mucho menos se ponen en duda los grandes logros que obtuvo el entrenador con un plantel joven. Pero de cara a un 2015 con el torneo local y la Copa Argentina, sumado a la clara obligación de engrosar el promedio, no cabe dudas que Banfield necesita jerarquizar su equipo. De todas maneras, será clave para los objetivos afinar la mira en el arco rival. Entonces, podemos decir que el nuevo operativo es retornar al gol, regresar a esa eficacia que catapultó al Taladro a la Primera División del fútbol argentino.

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