Determinación, inteligencia y agresividad. Fueron las cualidades que lució  Santiago Ponzinibbio  al subirse por sexta vez al octágono más importante del mundo. Era una prueba de fuego para el argentino, ya que buscaba reafirmar lo demostrado en su última actuación ante Andreas Stahl, pero en esta ocasión frente a un rival de mayor experiencia y jerarquía, que hace algunos años supo ser ganador del TUF.

La contienda fue breve pero intensa.  El oriundo de La Plata tomó el centro del octágono y analizó con frialdad cada movimiento a realizar, mientras que el estadounidense insinuaba en cada avance la búsqueda del derribo, terreno donde comenzó a frustrarse, ya que el sudamericano estuvo efectivo en la defensa.

A medida que pasaron los segundos, Ponzinibbio adquirió confianza lastimando a su rival con patadas bajas y utilizando el jab para mantener distancia. En uno de los tantos intentos de MCgee por llevar la pelea al suelo, recibió como respuesta un contundente derechazo que lo mandó a la lona. Sin darle oportunidad a reponerse, el argentino  apabulló al norteamericano  con fuertes puñetazos que impactaron de lleno al rostro. El árbitro Herb Dean, de forma muy acertada, detuvo la pelea al ver que el  local no se defendía  de manera inteligente. Decretando así, el triunfo más importante del  platense en lo que va de su carrera dentro del UFC.

Fueron poco más de cuatro minutos los que le bastaron al “Rasta” para demostrar que se encuentra en pleno ascenso y con ganas de seguir creciendo. Es por eso, que su nombre comienza a sonar fuerte dentro de la siempre competitiva división de pesos wélter y no sería ilógico imaginar un próximo combate frente a algún top 15.

Con ésta soberbia victoria Santiago Ponzinibbio elevó su record en UFC a 4-2, siendo la tercera vez que consigue triunfar en la primera ronda  de manera categórica.

Cabe destacar, que desde su desembarco en el American Top Team (uno de los gimnasios más importantes de Artes Marciales Mixtas en el mundo) Ponzinibbio pulió aquellos aspectos en los que se sentía vulnerable. Tal es así, que a su  potente habilidad de golpeo le agregó una base sólida en lucha, un gran acondicionamiento físico e inteligencia en el plano estratégico.

Su nombre crece a pasos agigantados dentro de la empresa de MMA más prestigiosa. A partir de su instinto de superación y capacidad de sobreponerse a las adversidades fue hilvanando  éste magnífico presente, que lo coloca en óptimas condiciones para seguir escalando posiciones en el ranking.

Santiago llegó para quedarse y marcar el camino de quienes sueñan en Argentina con emular su historia. Mientras tanto, todos sus coterráneos pueden tener la certeza que la bandera albiceleste seguirá flameando alto, cada vez que él suba al octágono más famoso del planeta y comience la acción.

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Sobre el autor
Alan Tevez
Profesor de comunicación y periodista. Amante del fútbol y las MMA, ferviente seguidor del UFC.