Terminó el segundo día de los Juegos Paralímpicos de Río. Dos grandes noticias emocionaron al pueblo argentino. La medalla dorada de Yanina Martínez, conquista que no se lograba desde Atlanta 1996; y el tercer puesto y presa de bronce para Hernán Barreto, ambos en 100 metros llanos. Pero otro argentino compitió en atletismo, fue Jonathan Avellaneda, en salto en alto.

El joven de 22 años es un ejemplo de superación, como cada uno de los deportistas presentes en las Paralimpiadas. Su objetivo personal era llegar a la final y romper su marca personal de 1,69. Este jueves a las 6:20 de la tarde participó frente a otros 11 atletas. Jony optó por no saltar las primeras cuatro alturas y empezó por 1, 65 metros. Pasó sin problemas en su primer intento. La competencia siguió su curso y cuando le tocaba saltar 1,68, nuevamente decidió pasar. El argentino apostó todo por cumplir su meta.

Finalmente llegó el momento esperado, con el apoyo de gran parte de la delegación argentina en las tribunas del Estadio Olímpico, el misionero se preparó para el saltó más importante de su vida. A los cuatro años sufrió una picadura de una yarará en su pierna izquierda, y debió ser amputado. Este suceso le cambio la vida, pero él no bajó los brazos y con 22 años compitió en sus primeros Juegos Paralímpicos. El momento llegó, Avellaneda se paró frente a la barra ubicada a 1,71 metros de altura. Se aproximó y saltó. Pasó y cumplió su sueño. Nuevo record personal para Jony, quien no consiguió una medalla, pero eso no le impidió festejar su majestuoso debut. Minutos más tarde, intentó sin éxito la prueba de 1,74.

Jonathan Avellaneda se convirtió en una de las jóvenes promesas para el deporte argentino. Con un gran camino por delante, seguirá saltando a la gloria.