Sumar 20 puntos en un campeonato, a pesar de haber sido corto (sólo 16 fechas), no parece ser una meta a la altura de un equipo como Tigre, que desde su regreso al primer plano del fútbol argentino, logró ganarse un lugar protagónico. Pero ésa fue la realidad del Matador, que hasta la fecha 8 (mitad de torneo), sólo registraba 6 unidades, y en las últimas ocho presentaciones, sumó 14. ¿El cambio? De Mauro Camoranesi a Pedro Troglio.

El campeonato tigrense arrancó con dos empates de visitante, ambos 1-1, y los cuáles iba ganando: primero, en La Paternal, ante Argentinos Juniors. Luego, en Sarandí, contra Estudiantes. Y ahí arrancó la malaria para Camoranesi: derrota por 2-0 y de local ante Defensa y Justicia  y mismo marcador en contra ante Temperley, en Turdera. Luego, llegó un oasis, la goleada categórica ante Atlético Tucumán, por 5-0. Sin embargo, dos caídas más: 0-1 - San Martín de San Juan y 1-2 ante Huracán (el día que regresó Jorge Rodríguez, autor del gol matador, tras haber sido colgado a principio de año). Fin de la era Camoranesi, con cinco puntos acumulados de 21 en disputa.

Fabián Castro dirigió contra Newell´s en la fecha 8 (que ganaba Tigre 3-0 y terminó 3-3, y errando un penal sobre el final). En medio de tanta turbulencia, Troglio, con ánimos de revancha tras ser despedido de Gimnasia, agarró el equipo y, sobre la marcha, le cambió la cara. Potenció a Lucas Janson, le devolvió la titularidad a Japo, confió en Patito Galmarini para que jugue de su puesto natural como volante por derecha, dejó en cancha a Lucas Menossi (relegando a Lucas Pittinari, Sebastián Píriz y Ezequiel Cirigliano) y apostó por un tridente de ataque; y dentro de los recambios, aparecieron Lucas Wilchez y Kevin Itabel (uno de los jugadores más resistidos por la gente) en la recta final.

El ciclo de Peter comenzó con dos grandes resultados: 3-3 ante Racing en Avellaneda (la Academia empató sobre la hora) y triunfazo por 2-0 a Boca, dando fin a los últimos malos resultados ante el Xeneize y con una actuación convincente. El invicto se perdió contra Unión, caída por 1-0, pero se repuso derrotando en Victoria a Sarmiento por 2-0. En la jornada 13, el campeón Lanús venció al Matador en el Coliseo 1-0 (sin merecerlo). En la 14, en un partidazo, Tigre igualó 0-0 ante Atlético Rafaela; y llegó el sprint final: victoria 1-0 ante Sarmiento en Junín (cortando la racha de diez meses sin triunfos de visitante), y el 2-0 en la última fecha a Aldosivi. Siete puntos de los últimos nueve en juego.

Lo último y, quizás lo más doloroso del semestre: empate 0-0 ante Douglas Haig y derrota por 4-2 en los penales, en cancha de Banfield, por los 32avos de final de la Copa Argentina. De esta manera, se descartó toda chance para que el Matador disputase torneos internacionales la temporada que viene. Una caída que dolió. Aunque, mirando los números en los albores del torneo, hubo un crecimiento. Un objetivo, mínimo, cumplido, como punto de partida de cara a lo que viene.