El Muñeco trata de resurgir. Las grandes alegrías para el pueblo riverplatense ya pasaron y varios jugadores de aquel entonces, o se encuentran en el Viejo Continente o en otras partes del mundo.
Un mediocampo de oro, una defensa repleta de caudillos y una delantera temible eran las principales características del campeón de todo en la primera etapa de Gallardo al frente del plantel. Hoy en día, se cambió de página, se reforzó al equipo con futbolistas prometedores y Napoleón trató en el receso por Copa América Centenario de implementar una idea de juego que en caso de tener éxito, lo pondrá como un entrenador codiciado por varios equipos de Europa.
Laterales con cualidades principalmente enfocadas en el ataque mediocampo con buen pie y mentalidad ofensiva, goleadores en el ataque que miran únicamente el área rival. Así será el nuevo esquema del Muñeco con Casco y Moreira por las bandas, Nacho (Fernández), Pity (Martínez) y Mandrake (D´Alessandro) en la mitad de la cancha con el León Ponzio retrocediendo para evitar los contraataques y arriba seguramente estarán Lucas Alario y Marcelo Larrondo.
Nombres que ilusionan al hincha riverplatense, sin dudas. Hay plantel para pelear la Copa Argentina, que el premio será el ingreso a la Copa Libertadores del próximo año y varios equipos importantes del fútbol local se juegan esa posibilidad.
Pequeños destellos de la idea de Napoleón se vieron reflejados en los primeros dos duelos por la Copa ya mencionada en donde River se lució en su primera presentación y sufrió en la segunda por falta de efectividad.
Ya por la Recopa Sudamericana, con la altura en contra, el semblante del plantel se hizo presente ya que Independiente de Santa Fe no contó con grandes chances de gol, exceptuando el fallo de Augusto Batalla a la hora de cortar un centro fácil que se le escapó de las manos.
El próximo jueves, el equipo de Gallardo tendrá la posibilidad de levantar la Recopa Sudamericana, en casa, con su gente y así tratar de encaminar el barco Riverplatense que necesita y pide a gritos mostrar fortaleza futbolística en el campo de juego.