Ser protagonista. Ahí una de las grandes cuestiones. Milito piensa al nuevo Independiente desde el protagonismo. Ser siempre el equipo que lleve las riendas del partido, sin importar la cancha o el rival. El “Mariscal” cuenta con mucho poder ofensivo, pero no es tarea fácil reunir las piezas para amoldar el funcionamiento. Si algo puede afirmarse con certeza, es que en cada once titular, quedarán afuera nombres interesantes. Tarea para el entrenador, entonces, convencer a todo el plantel de que son necesarios para llegar a destino.

El 4-3-3 será el esquema inicial de Gabriel Milito, pero el dibujo táctico será sólo una forma para cumplir con la estrategia del equipo.

Su paso por el Barcelona no puede significar poco para una persona como Milito, pensante, analista y líder desde su debut en Primera División. Pero las diferencias son abismales, por lo que copiar al club culé es imposible. Lo que sí podrá hacer el “Mariscal” es tomar ideas, conceptos, recursos. Como también lo hará de sus visitas a otros prestigiosos entrenadores, como José Mourinho o Diego Simeone.

La premisa será atacar el mayor tiempo posible. Por la características de su plantel, Independiente lo hará, principalmente, desde la dinámica de sus atacantes. En los distintos perfiles de los jugadores, no hay alguien que se destaque por un juego más pausado, lento, cerebral. Entonces, para lograr jugar la mayor cantidad de minutos en campo rival, habrá que presionar alto, lo que supone un grado de complejidad no sólo táctica, sino también física.

Pablo Pérez fue otro de los pedidos de Milito. El volante de Boca podía ofrecer tenencia y más llegada al área rival.

Pero tampoco será posible recuperar siempre en campo rival y llegar al arco contrario en pocos pases. De hecho, es más factible que se necesite de construcción, movilidad. Por eso es clave la salida desde el fondo, que los defensores puedan sacar la pelota limpia y encontrar receptores. Dos pedidos hablan por sí solos en ese sentido: primero, el de la continuidad de Víctor Cuesta. Segundo, el regreso de Nicolás Figal. Ambos zagueros destacan por su buen pie, y tienen condiciones para iniciar la jugada o pasar al ataque. Luego, para llevarle la pelota a los de arriba hay muchos candidatos: Jesús Méndez y Jorge Ortíz, con un perfil más pausado. Cristian Rodríguez y Martín Benítez, más explosivos y dinámicos. El otro refuerzo, Juan Sanchez Miño, más flexible entre ambas posturas. Y la sorpresa de la pretemporada: el juvenil Ezequiel Barco, que con apenas 17 años cuenta con un alto grado de confianza por parte de Milito. Sus gambetas pueden aportar muchas soluciones.

Estirar al campo para abrir espacios es otro de los objetivos. Primero desde sus laterales. Por eso llegó Damián Martínez, más acostumbrado a atacar que Gustavo Toledo. Y en los amistosos también se vio una faceta más ofensiva de Nicolás Tagliafico. Emiliano Rigoni es otro de los que destacan en ese aspecto, pues el cordobés tiene un buen uso de ambos pies.

Diego Vera, Germán Denis, Leandro Fernández y Lucas Albertengo deberán luchar por acertar de cara al arco. Independiente jugará partidos frenéticos, de alta intensidad. Correrá el riesgo defensivo con tal de ser quien abra primero el partido. Entonces será clave la efectividad de sus delanteros. Con algunas particularidades: Fernández, por ejemplo, ha sido utilizado como extremo. Denis se siente más cómodo en el área. Vera sale muchísimo de ella. Y Albertengo hace ambas, sin ser un especialista en alguna. Es decir, Milito tiene muchas variantes.

El “Mariscal” tiene un nuevo desafío con los colores que ama. El hincha de Independiente también tendrá el suyo: mostrar respeto y paciencia con alguien de la casa que anhela triunfar. Claro que Milito deberá demostrar a través de su equipo para que esto se logre. No se sabe cuál será el resultado, pero ambas partes esperaron mucho para que por fin los destinos volvieran a cruzarse. Ahora hay que cuidar esa relación.

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