El próximo fin de semana comienza la ilusión del torneo en el que Independiente buscará revertir la imagen de los últimos campeonatos. Con la llegada de Gabriel Milito y por ahora, tres refuerzos, el conjunto de Avellaneda intentará pasar el mal trago de la eliminación de la Copa Argentina y pondrá todas sus fichas a la Copa Sudamericana y el Campeonato de Primera División.

En la última temporada, cuando el equipo todavía estaba al mando de Mauricio Pellegrino, el Rojo era un claro candidato ya desde la previa del inicio del torneo.

Desde el comienzo, las cosas para el Diablo no fueron fáciles. El equipo del Flaco fue muy irregular a lo largo del torneo y pese a que hubo algunos momentos mejores que otros, no pudieron plasmar un buen juego, al menos similar al del último semestre del 2015. Los jugadores fallaron en los partidos claves en los que podrían haber marcado la diferencia, como la caída con San Lorenzo o el empate con Gimnasia de La Plata, encuentro que sentenció la salida de Pellegrino del equipo. Además, empataron los dos clásicos con Racing.

Otro de los puntos conflictivos fue la relación con la gente, sobre todo para Diego Rodríguez. El arquero bajó su rendimiento y la gente no se lo perdonó. El entrenador le dio su respaldo hasta que en la quinta fecha la situación fue insostenible: el Ruso tuvo cierta responsabilidad en el gol que le dio el triunfo a River por 1-0, lo que significó su salida del 11 titular. A partir de ahí Martín Campaña se adueñó del arco y desde el comienzo, contó con apoyo de los hinchas, dada la tensa relación entre estos y Rodríguez. El uruguayo se fue afianzando cada vez más al arco rojo y fue uno de los puntos claves del equipo, sobre todo en las dos últimas fechas al mando de Fernando Berón, donde tuvo grandes actuaciones.

El equipo presidido por Hugo Moyano finalizó en el tercer puesto de la Zona A del Torneo de Transición 2016 con 27 puntos, producto de 7 victorias, 6 empates y 3 derrotas. Si bien no fue una mala campaña, los diablos no pudieron cumplir con el objetivo de conseguir un título, objetivo al que se le agregaba cierto grado de responsabilidad si se tenía en cuenta que era el único grande que no jugaba la Copa Libertadores y contando con una buena cantidad de refuerzos.

Luego de una larga pretemporada, Milito hizo su debut oficial como DT del club de sus amores en la derrota y consecuente eliminación de la Copa Argentina ante Defensa y Justicia. A pesar del duro golpe, el Mariscal pondrá todas las fichas en las dos competencias que le quedan y buscará devolver a su querido Independiente a los primeros planos. Para esto, la dirigencia hizo el esfuerzo de mantener a los jugadores claves, como Victor Cuesta que fue uno de los más pretendidos. Además, se sumaron Damian Martínez, Juan Sánchez Miño y regresó Nicolás Figal luego de su paso por Olimpo. A pesar de las largas negociaciones, los dirigentes no pudieron cumplir con dos pedidos fundamentales de Milito: Jonathan Schunke y Pablo Pérez. Sin embargo, no hay alternativas y todo indica que el Rojo se habría retirado del mercado de pases.