Jorge Ortíz comenzó el torneo con un flojo partido ante Rosario Central (no jugó en la primera fecha ante Belgrano por suspensión y tampoco ante Godoy Cruz por lesión), donde sufrió con los mediocampistas del Canalla, que hicieron lo que quisieron; continuó con un buen partido ante Racing, donde hizo el tándem con Jesús Méndez en ambos encuentros. Ya en la quinta fecha, ante River, Ortíz compartió el medio con Diego Rodríguez Berrini, dupla que se repitió en los próximos encuentros, ante Colón, Banfield y Patronato de gran manera, y ante Sarmiento, teniendo un pésimo partido ambos.

Contra Olimpo, el Marciano vio el primer tiempo sentando en la banco de los suplentes, pero ingresó en el entretiempo por el Torito, que no se sintió cómodo; Ortíz ingresó pero no pesó. Perdió muchas pelotas, fue impreciso y no estuvo firme en la marca, algo que había hecho muy bien en el semestre anterior. En la siguiente fecha, en la visita del Rojo a Vélez, Ortíz volvió a ser titular y tuvo el mejor partido: aseguró la pelota, le dio equilibrio al equipo, se hizo dueño del mediocampo y, además marcó un gol, el primero del encuentro.

Habiendo recuperado el nivel se esperaba un sprint final con un gran rendimiento; sin embargo esto no sucedió. La siguiente fecha fue el clásico ante Racing en el Cilindro y los de Pellegrino debían ganar para seguir prendidos en el torneo. Compartió el mediocampo con Méndez, donde hubo dos caras: en el primer tiempo este tándem fue clave para que el equipo sea protagonista, siendo muy solidarios en defensa y en ataque; en el segundo tiempo hasta el ingreso de Romero estuvieron igual, pero desde allí, se desdibujaron del terreno.

Contra San Lorenzo, en lo que fue el partido que sí o sí debía ganar el Rojo para pelear, tuvo un primer tiempo similar al partido anterior, con puntos altos de Ortíz y Méndez, pero en el segundo tiempo fue todo lo contrario y el equipo terminó cayendo y quedando fuera de la disputa. En el siguiente encuentro, último dirigido por Pellegrino, volvió a ser titular, pero acompañado por Julián Vitale; no levantó el nivel y fue reemplazado en el segundo tiempo debido a una pobre actuación.

Las últimas dos fechas, con Berón como técnico interino, no tuvo minutos en cancha debido a que apostó por otro sistema de juego, con un solo volante central y siendo ése Diego Rodríguez Berrini. Ante Arsenal ni siquiera ingresó en el complemento cuando Berón quiso armar un doble cinco; y ante Quilmes, tampoco tuvo alguna chance de ingresar. Y ahora, con Gabriel Milito como próximo DT su futuro es incierto; el Mariscal declaró que “mi cinco es, si está bien, Diego Rodríguez”, por lo que es difícil que continúe en el club, aunque puede quedarse y pelearla desde atrás.