La localía es una ventaja que en cualquier deporte se aprovecha mucho. En el fútbol, suma aún más importancia por la cantidad de gente que mueve. Sin embargo, esto se acentúa en el torneo argentino por la falta de público visitante: el local es realmente local. Además, de por sí, hay algunas canchas que son muy incómodas y complicadas para visitar: el Bosque platense es una de ellas. 

Reducto históricamente complicado para todos los equipos, Huracán acarreaba un peso extra en cada viaje al Juan Carmelo Zerrillo: las piernas pesaban más y la suerte era esquiva. Luego de 31 años, el Globo de Parque Patricios logró cortar la maldición. 

Ignacio Pussetto fue el encargado de guiar a la tropa para poder romper el hechizo. Ramón Ábila fue su principal ayudante, pero cuando las cosas se complicaron debió aparecer el escudo de Marcos Díaz para volver a La Quema victoriosos y sin rachas adversas. 

Ganó el Globo, se acomoda en la tabla y sueña. Este es el #Top3Vavel de la visita a La Plata.

1- Ignacio Pussetto: figura indiscutida. Dos goles y una asistencia en un partido para poner en un cuadrito. El ex Rafaela se ubicó de 8 e hizo toda la banda con criterio: cerró de cuatro cuando tuvo que hacerlo y sorprendió como wing derecho en cada ataque quemero. 

Pussetto es el que más provecho le saca al doble 9: a pesar de no estar en la línea principal del ataque, utiliza los huecos de las marcas que arrastran Ábila y Coniglio

2- Marcos Díaz: El arquero volvió a aparecer en todo su esplendor. Cuando las papas quemaban, fue el encargado de poner el pecho y bancar el resultado: un tiro de Ramírez, una asfixiada a Ibañez y un cabezazo a quemarropa fueron sus mejores atajadas. 

El Loco tendrá una semana de descanso para recuperarse de la molestia por la cual debió ser infiltrado al terminar el partido. Mantener su nivel en alza será clave para Huracán.

3-Ramón Ábila: El puesto de bronce es totalmente discutible. El Globo tuvo muchos puntos altos, como Salcedo,Toranzo, Calello y Solís; pero Wanchope volvió a mojar y eso pesa. Además, no fue egoísta y le devolvió gentilezas a Pussetto para que éste marcara su primer gol en el partido.

Con Wanchope todo el equipo se potencia: es el engranaje que hace mover a todo el sistema de Alfaro. Volvió con todo.