El partido entre Huracán y Newell's marcaba el debut del Tomás Adolfo Ducó en la "nueva" Superliga. Sin embargo, uno de los estadios más lindos de nuestro país, no estuvo a la altura del compromiso: como consecuencia de las lluvias y de los recitales de La Renga, el Palacio mostró un pésimo estado en su campo de juego. 

No obstante, los primeros treinta minutos del partido se mostraron acordes a ese césped. Amén de un mano a mano que tuvo el portugués Leal para la visita, ninguno de los dos equipos llevaron peligro al arco rival.

Sin embargo, a la media hora de juego se produjo la jugada que cambiaría el trámite del encuentro. Mauro Bogado sintió el rigor del rival; por eso cedió su lugar a Patricio Toranzo, la gran figura de la noche. Con el ingreso del 18, Huracán creció. El Pato se hizo eje del Globo y demostró que se podía jugar aún en esas condiciones.

Sobre el cierre de la primera etapa, Pussetto apareció por detrás de todos (flojo Valenzuela en el cierre) y empujó a la red el centro de Romero Gamarra para abrir el marcador. 

Newell's nunca pudo sobreponerse a ese golpe, a pesar de tener más de un tiempo por delante. La temprana lesión de Sarmiento tampoco colaboró: sólo el joven Torres se las arregló para inquietar.

Con el paso de los minutos, Huracán se fue asentando y terminó justificando su victoria. Los primeros tres puntos del campeonato para un Globo que los necesita: su prioridad es la lucha por los promedios, pero el objetivo es entrar en alguna copa internacional. 

Del otro lado de la vereda, Llop se volvió preocupado a Rosario: tendrá que trabajar y mucho para que este Newell's se le parezca al del torneo pasado.

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Sobre el autor
Juan Ignacio Botta
Comunicación Social en UBA. Un 0-0 es como un domingo sin sol