Godoy Cruz está a 180 minutos de hacer historia, de escribir su página dorada, de reinventar al fútbol de interior, de hacer realidad una utopía, de cumplir los sueños de toda una provincia... Al Tomba le restan dos partidos para consagrarse campeón de la Primera División -ese que peleó en varias ocasiones-, pero sólo con uno se asegura la participación en la próxima edición de la Copa Libertadores -esa que ya jugó dos veces-.

Sin embargo, los años del Expreso en la máxima categoría del fútbol argentino comenzaron mucho antes; empezaron con aquella final frente a Nueva Chicago, dos partidos que quedaran guardados en la retina y en el corazón de todo el pueblo bodeguero. Hoy, a 10 años de la ida, recordamos aquel día.

Un 16 de mayo de 2006, Godoy Cruz y Nueva Chicago se enfrentaban por la ida de la Final del Nacional B con un mismo objetivo: el ascenso a Primera División. El encuentro se desarrolló en Mataderos y finalizó con un empate en uno en el marcador.

El Tomba había logrado ponerse en ventaja desde el punto penal: una falta de Nicolás Sánchez -quien con los años vistió la camiseta azul y blanca- sobre Enzo Pérez desencadenó en la pena máxima sancionada por Pablo Lunati y en la expulsión del defensor, Mariano Torresi asumió la responsabilidad y definió con un tiro abajo y esquinado para abrir el marcador. Deliraban los visitantes.

En el complemento, el local se quedaba con 9 jugadores por la expulsión de Leonardo Sigali -otro que luego se convirtió en figura del Expreso-, lo que le daba más confianza a Godoy Cruz. Sin embargo, el conjunto mendocino no pudo quedarse con la victoria ya que bajó la intensidad y el rival lo aprovechó: a poco de los 40 minutos, César Carranza aguantó la pelota sobre el costado derecho del área y envió un centro para que Federico Higuaín conectara de gran manera con la cabeza y estampara la paridad. Una vez más, dos jugadores que pasaron en los años posteriores por la institución de calle Balcarce. 

Empate en uno y a la espera de la vuelta. Definir en casa y ante su gente era una motivación extra para Godoy Cruz que mantenía latente el sueño de codearse con los grandes. Sueño que se volvió realidad y que con el paso del tiempo se consolidó y se convirtió en costumbre. 

NO SE LO CONTÓ NADIE

  • Ema Sklate (17 años en ese momento)

"Salimos el martes a la noche, ya acostumbrados, veníamos de la gran alegría del campeonato, tenía otro sabor, pero no dejaba de ser una final. Llegamos al otro día, almorzamos en Luján, hicimos tiempo en la avenida que termina en la basílica.

A la tardecita, ya todos los que habían viajado salimos juntos y custodiados a Mataderos, cuando esa cancha no tenía la tribuna nueva, no dieron el costado derecho de la platea, estábamos muy apretados en ese pedacito de tribuna, pero quién nos sacaba la emoción de definir el campeón anual y el ascenso directo. 

Fue jodido el partido, me acuerdo el penal que le hacen a Enzo Pérez y que el Cali Torresi lo cambio por gol, ¡cómo lo grite! Ellos con dos jugadores menos nos empatan en el final, para morirse encima quién iba a decir que un par de años más adelante, íbamos a disfrutar del que nos hizo ese gol y de otros jugadores de ese plantel como Sigali Y Sánchez y el mismísimo Fede Higuaín.

Terminó el partido y emprendimos el regreso a Mendoza contentos y ansiosos esperando por la gran final ese sábado siguiente. Pero era casi un hecho que la temporada siguiente se cumplía por fin el famoso cantito: "Como me gustaría estar en primera, para ganarle a boca en la bombonera, para ganarle a River en el gallinero, para gritarle a todos SOY BODEGUERO".


Quién se hubiese atrevido a soñar allá por 1921 que Godoy Cruz se consolidaría en la Primera División del fútbol argentino. Quién se hubiese atrevido a pensar que el Tomba sacaría pasaporte y disputaría la competencia más prestigiosa del continente, y alguna otra también. Quién se hubiese atrevido a anhelar ser campeón entre los grandes. 

De seguro ese quién habría sido catalogado como un loco, y capaz que hubiesen tenido razón. Era una locura soñar con todo eso, pero Godoy Cruz lo hizo realidad; comenzó a escribir el prólogo de una historia de gloria allá en Mataderos, y 10 años después está a dos pasos de cumplir el sueño máximo. Salud, Tomba. 

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