Para acceder a la final de la Copa Libertadores, Boca deberá este jueves dar vuelta el resultado adverso sufrido en la altura de Quito. Existe un antecedente de similares características que se remonta al año 2007, ocasión en la cual la tarea también debía llevarse a cabo en la Bombonera.

El 31 de mayo de aquel año, el Xeneize visitó el Estadio General Santander para verse las caras con el Cúcuta Deportivo, la gran revelación del certamen. El equipo de Miguel Ángel Russo venía de eliminar a Vélez en octavos de final y a Libertad en cuartos, ambos en condición de visitante. Por su parte, los dirigidos por Jorge Bernal habían hecho lo propio ante Toluca y Nacional de Montevideo. ´

El cuadro de la Ribera dominó el primer tiempo y se puso en ventaja a través de Pablo Ledesma. Sin embargo, antes de su finalización, Blas Pérez puso el 1-1 en el marcador. En el entretiempo, Mauricio Caranta fue sustituido debido a una lesión y su lugar fue ocupado por Aldo Bobadilla. El paraguayo, titular el semestre anterior, sufrió el segundo gol de Pérez y un tiro libre ejecutado por Rubén Bustos que infló la red. Cruzeiro, en 1994, había sido el último equipo remontarle un partido por Libertadores a los boquenses. Carlos Amarilla marcó el final. Boca estaba obligado a cambiar la historia en su casa.

Una semana más tarde, el 7 de junio, tuvo lugar la revancha. Era una magnífica oportunidad para la visita de hacer historia en su primera participación en el torneo. Una intensa niebla azotaba a la Ciudad de Buenos Aires y la realización del cotejo corría peligro. A pesar de esto, el árbitro uruguayo Roberto Silvera dio inicio al mismo, 55 minutos más tarde de lo previsto -19.15 era el horario pactado-.

Desde el comienzo, los argentinos ahogaron a su rival y se fueron al descanso con una mínima ventaja luego de que Juan Román Riquelme, de falta directa, colocara la pelota en el ángulo izquierdo de Robinson Zapata. A los diez del complemento, Martín Palermo la empujó de cabeza en la línea y puso el 2-0 que metía a su equipo en la final. Pese al desahogo de todo el Alberto J. Armando, un tanto de los colombianos les podría dar la clasificación a ellos. Cerca del cierre, el ingresado Sebastián Battaglia puso cifras definitivas y acabó con el sufrimiento de la afición y la ilusión de los visitantes.

Fue la primera y última remontada de los Xeneizes en una semifinal de Copa Libertadores. El 4-3 global los depositó en su novena final y la quinta en siete años. El desenlace del cuento mostró a Palermo levantando en Porto Alegre el sexto trofeo, luego de aplastar a Gremio en la serie definitoria. Los simpatizantes esperan que la novela vuelva a repetirse.