Atlético Tucumán adquirió una rica experiencia mediante su participación en la última edición de la Copa Libertadores. Tanto la institución como sus diversos componentes dieron un paso fundamental para ubicar al club entre los más importantes de Sudamérica. Ahora, el conjunto decano medirá sus fuerzas con Oriente Petrolero de Bolivia, aunque la mirada estará centrado en el armado del equipo que competirá, una vez más, la próxima temporada del Fútbol Argentino.

Es una verdad de perogrullo afirmar que el Decano deberá mirar con mucha importancia la permanencia y no alejarse de los puestos de vanguardia que otorga el torneo debido a que allí está la razón de ser en cuanto a su participación continental. La llegada de Pablo Lavallén y su Cuerpo Técnico fue positiva ya que el equipo estuvo a la altura de las circunstancias ante rivales de experiencia como El Nacional de Ecuador, Junior de Barranquilla y luego el duelo con los equipos de grupo. 

Teniendo en cuenta el nivel mostrado, Atlético nunca pudo encontrarle la vuelta a las serias deficiencias defensivas que se materializaban, con gran evidencia, en los tiros de esquina. Otro defecto futbolístico fue la falta de variantes para sortear los planteos defensivos, es decir aquellos equipos contrarios que pretendieron imponer presión a la pelota y una marca individual que contenían marcajes y vigilancias constantes. Entre los puntos positivos, aparecen en el horizonte la buena tarea de los atacantes, fundamentalmente de Cristian Menéndez y de Fernando Zampedri pero sustentadas en los buenos desempeños de Nery Leyes, Leonel Di Plácido y de un rendidor Guillermo Acosta. Justamente, el exjugador de San Jorge explotó sus cualidades como jugador de rol.

El torneo local también le dejó cosas para reflexionar y accionar a los dirigidos por Lavallén: mayor concreción de la idea de juego del director técnico. Según los especialistas en cuestiones meramente táctico-técnicas, los miembros del equipo supieron decodificar el objetivo y la identidad de juego propuesta por Pablo Lavallén, pero resta tiempo para que se logre hilvanar con mayor expresión y eficacia esta característica futbolística. A partir de la llegada del excoach de San Martín de San Juan, Atlético jugó con la pelota en el césped de manera que los tres campos de la cancha estuvieran interconectados y así la fase de balón en posesión ofensiva sea provechosa desde todo punto de vista.

La Copa Sudamericana será otro exámen para Atlético Tucumán en su conjunto y aquí tendrá un papel capital la parcialidad decana porque estas proezas deportivas no se suelen llevar a cabo todos los días. La campaña libertadora decana no terminó, sino que comenzó para que el conjunto tucumano firme un pacto con el destino con el olimpo futbolístico sudamericano.