Es muy complicado expresar en palabras toda las sensaciones que se vivieron en el 23 de Agosto mientras se jugaba el clásico del norte entre Gimnasia de Jujuy y Atlético de Tucumán

Es difícil, también, explicar cómo el Lobo se quedó justamente con un partido que tuvo a su arquero como figura excluyente. Sin embargo hay que hacerlo, porque fue lo que sucedió en la Tacita de Plata.

Todo hacía pensar que el partido no se movería del 0 a 0. Sanabria tuvo la más clara con un remate que Luchetti envió al córner. Poco más pasó, hasta que Federico Haberkorn, en pos de despejar, cabeceó contra su propia valla en lo que fue una jugada desgraciada para la apertura del marcador.

Luego de eso, el equipo jujeño se vio superado en varios pasajes del juego por el conjunto tucumano. El Deca es uno de los animadores del torneo y por momentos se lo demostró. Mientras, la gente de Gimnasia insultaba a sus jugadores y pedía la cabeza del técnico.

En la segunda etapa, el Lobo jujeño se mostró más ambicioso aunque entre los palos y Cavallotti evitaron que Atlético aumente el marcador en el arranque.

Milton Céliz aprovechó un error de la defensa tucumana y decretó el empate con un derechazo cruzado. El delantero lo gritó de cara a la gente, en reclamo por los insultos que venía recibiendo.

Sin fútbol pero con mucha garra, Gimnasia fue con todo en busca del triunfo. De tanto ir, tuvo su premio porque tras un centro, que Peralta desvió, Ojeda apareció por el fondo para marcar el tanto que pondría el resultado final.

Al partido le quedaban algunos minutos para que los jujeños sufran, pero finalmente se quedó con el triunfo. Gimnasia se quedó con el clásico y obtuvo tres puntos fundamentales en su lucha por ascender. Mientras, Méndez respira...