El año 2020 fue otro año histórico para Defensa y Justicia en el plano internacional porque se clasificó por primera vez a las semifinales de la Copa Sudamericana en donde se enfrentará a Coquimbo de Chile. Antes de disputar esta competencia, el conjunto de Florencio Varela tuvo en sus planes jugar la última parte de la Superliga Argentina y la Copa Libertadores. En la búsqueda de afianzar una buena idea de juego contaba con las indicaciones de Mariano Soso, pero unos días antes de jugar contra Talleres en el reinicio de la Superliga, renunció a su cargo debido a las bajas que sufrió el plantel. En consecuencia, el Halcón encontró en Pablo De Muner, el técnico provisorio para que dirija en el choque frente a la T, mientras se realizaban gestiones para contratar un nuevo entrenador. Finalmente, los directivos concretaron la llegada de Hernán Crespo, quien tenía como pasado un breve ciclo en Banfield.

La formación de casaca verde y amarilla de la mano de De Muner venció por 4 a 1 al conjunto cordobés y fue el resultado ideal para que Crespo y su cuerpo técnico comiencen a trabajar. Sin embargo,  en sus primeras presentaciones no pudo mantener esa contundencia porque igualó con Atlético Tucumán y Colón, pero llegó un gran momento con las victorias consecutivas frente a Estudiantes de La Plata y Rosario Central. Con la satisfacción de haber mejorado, Defensa y Justicia entró en el terreno más lindo de esas jornadas porque tenía por delante su debut en la Copa Libertadores y el compromiso contra River, quien era el puntero del torneo. En ese encuentro contra el Millonario no se guardó nada y empató 1 a 1. Con esta igualdad, el sueño riverplatense por ganar el campeonato empezó a complicarse, mientras que en el cuadro de Florencio Varela, el esfuerzo resultó contraproducente en su inicio en la célebre copa. En su primer duelo, como local, cayó por 2 a 1 contra Santos de Brasil y tuvo un baño de dura realidad.

El cierre de la Superliga fue con alegría ya que superó por 2 a 0 a Patronato, pero no podía relajarse porque tenía su segundo cotejo frente a Olimpia de Paraguay. Nuevamente su ilusión volvió a desmoronarse porque sufrió su segunda derrota consecutiva y peligraba su chance de clasificación. En esos días logró que su primer partido de la Copa de la Superliga Argentina se suspenda por su viaje a Paraguay. A su vez, la pandemia del coronavirus provocó que los torneos nacionales e internacionales se corten por un tiempo. Mientras tanto, el Halcón debió cumplir la cuarentena impuesta por el Gobierno argentino pero tenía en su mente la idea de pelear hasta el final por una chance de avanzar a los octavos de final.

Unos meses después la Conmebol Sudamericana determinó que sus campeonatos vuelvan a disputarse y aceleró a la AFA y al Gobierno para que fijen una fecha de regreso a los entrenamientos. Defensa y Justicia, al igual que los otros clubes argentinos de Primera División, retornaron a sus trabajos en agosto, pero bajo estrictos protocolos. En esas semanas de entrenamiento se incorporaron al plantel: Marcos Ledesma (Quilmes), Braian Romero (Independiente), Gabriel Hachén (Juárez), Ciro Rius (regresó de Rosario Central por una deuda) y Miguel Merentiel (Godoy Cruz). Además prolongaron sus contratos: Héctor Martínez y Nicolás Leguizamón. Asimismo se alejaron de la institución: David Martínez, Nahuel Barrios, Neri Cardozo, Raúl Loaiza, Gonzalo Piovi, Gabriel Rodríguez, Guido Mainero, Fernando MárquezRubén Botta (Sambenedettense), Francisco Cerro (no hubo acuerdo para la renovación y firmó en Central Córdoba) y Diego Rodríguez (regresó de su préstamo y fue cedido a Elche).

En septiembre los dirigidos por Crespo volvieron a jugar los encuentros que restaban del Grupo G. Los triunfos ante Delfín de Ecuador y el Decano fueron fundamentales para recuperar la confianza y la creencia de que se podía avanzar a la siguiente fase. No obstante las dos caídas frente al Cetáceo y el Alvinegro impidieron que ese sueño se cristalice pero por ser tercero en su grupo, le quedaba una posibilidad  de seguir haciendo historia en el plano internacional: la Copa Sudamericana. El escenario no fue el ideal para afrontar este certamen ya que también debía jugar la Copa Diego Maradona, en donde compartió el Grupo 2 junto a Colón, el Rojo de Avellaneda y el Ferroviario de Santiago del Estero. En ese periplo de la Sudamericana eliminó a Sportivo Luqueño de Paraguay, Vasco da Gama y Bahía pero en el torneo local no pudo avanzar a la Fase Campeonato ya que sufrió cuatro traspiés, tres empates y sumó dos victorias.

Sin embargo, en la Fase Complementación mejoró su actualidad y en la Zona A comparte la cima junto a Central, con siete puntos. En ese camino les ganó a Unión y Patronato, mientras que igualó 1 a 1 ante Lanús. Por otro lado jugó el partido pendiente de la Copa de la Superliga Argentina y venció al León por 2 a 1. En consecuencia, en las últimas presentaciones el combinado de camiseta verde y amarilla mejoró su propuesta de juego en el plano local y por lo producido en la Copa Sudamericana redondeó un año inolvidable. En estas dos semanas lo espera dos encuentros inolvidables contra la alineación chilena para llegar al último peldaño. Si supera estas adversidades, otro capítulo histórico se escribirá.